Carlos IV de España, llamado «el Cazador» (Portici, 11 de noviembre de 1748-Nápoles, 19 de enero de 1819), fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta su abdicación el 19 de marzo de 1808.
Accedió al trono poco antes del estallido de la Revolución francesa, y su falta de carácter solía hacer que delegase el gobierno en manos de su valido, Manuel Godoy, de quien se decía que era amante de su esposa María Luisa de Parma, aceptado como cierto por historiadores como Balansó o Zavala, mientras negado por otros, ya que no ha podido ser demostrado. La Revolución Francesa de 1789 marcó su reinado, pero eso no le impidió seguir con la línea de reformas ilustradas, impulsadas tanto por el monarca como por Godoy, truncado por la injerencia napoleónica y la inestabilidad interna que esta provocó.
En 1759, tras la muerte sin descendencia de su tío, el rey Fernando VI de España, su padre pasó a ocupar el trono español.
El primogénito varón de Carlos III era Felipe Antonio de Borbón, que fue apartado por su grave incapacidad, tanto de la sucesión a la Corona de España como a la de las Dos Sicilias. Así, Carlos, segundo hijo varón, pasó a ser heredero de la monarquía hispánica y fue jurado como príncipe de Asturias el 19 de julio de 1760.