Vacheron Constantin. La alianza entre Jacques Barthélémi Vacheron (1787-1864), nieto del fundador, y el experimentado hombre de negocios François Constantin (1788-1854) le otorga a la empresa un nuevo nombre: Vacheron et Constantin. Y con ello nace un lema: “Hacerlo mejor si es posible, es siempre posible”.
Georges-Auguste Leschot, que fue nombrado director técnico en 1839. Este entusiasta de la mecánica demostró ser un prolífico inventor. Entre las piezas que creó, destacó en particular un mecanismo fundamental para Vacheron Constantin, pero también para toda la relojería suiza: el pantógrafo. Mediante la reproducción perfectamente fiel de distintos componentes del reloj, el pantógrafo permitió garantizar una calidad continua en la producción en serie y abrió el camino para el intercambio de componentes. Este fue un avance considerable en la fiabilidad, la precisión y la calidad de los relojes de Vacheron Constantin y la relojería en Ginebra.
Durante los primeros años del siglo XX, Vacheron Constantin recibió pedidos de la reina María de Rumanía, los hermanos Henry y William James y el príncipe Napoleón, el nieto de Jerónimo Bonaparte.